Sucedió un día en la sala de baño de un cine, Después que descubrí lo que uno podía disfrutar, me volví un adicto a ello. Por supuesto que me interesa menos la película... pues sólo iba a tener algo de sexo. Entré al baño y fui directamente a orinar, pero siempre con la esperanza de tener algo de acción.
Casi al instante entra un chico alto, blanco y muy sexy; pasa al cubículo donde está la poceta pero asegurándose de dejar la puerta abierta y considero que es una señal de que esta buscando algo. No me equivoqué, nos miramos y de inmediato me acerqué y llevé mi mano hasta su pene, era grande y grueso, como a mi me gustan. Después de acariciarlo, me doblé y comencé a mamarlo despacio, primero le pasé la lengua como quien se come una barquilla y no quiere que el tiempo pase.
Lo mismo que le pasó al de la pertiga,el pobre.
Hace 4 meses
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